La vida de Amélie es sencilla: camarera en un café parisino, le gusta tirar piedras al Sena, observar a la gente y dejar volar su imaginación. De repente, Amélie descubre su objetivo en la vida: arreglar la vida de los demás. Inventa toda clase de estrategias para intervenir, sin que se den cuenta, en la existencia de varias personas de su entorno, cada cual más atípica. Pero su misión puede hacer peligrar la búsqueda de su propia felicidad.