Especie protegida, la palmera canaria es considera símbolo natural del Archipiélago Canario. La Phoenix canariensis pertenece a una especie endémica de las Islas Canarias que ha sido beneficiosamente aprovechada y cultivada, incluso antes de la Conquista del Archipiélago, por la población isleña. Su abundante existencia en muchas zonas, ha dado lugar a numerosos topónimos en Gran Canaria, tales como: Palmitar de Guía, Palmar de Teror, Lomo de la Palma (Tirajana), Las Palmas, entre otros. Según las crónicas, los aborígenes canarios emplearon esta fibra vegetal para la elaboración de múltiples y variados objetos: sogas, redes, velas, embarcaciones, cestería, exvotos...etc.
De ella también extraen el guarapo o savia de palma, el cual se obtiene tras dar un corte en los tejidos superiores del palmito, previa eliminación de las hojas jóvenes de la palmera, consiguiendo este zumo vegetal de alto valor nutricional.